martes, 12 de marzo de 2013
Abel y Vilma se tomaron confianza pronto.

Al principio, cuando Vilma me acribilló a preguntas sobre como lo conocí, a que se dedicaba y si tenía novia, él estaba totalmente confundido porque yo dije tantas mentiras que pude haber estado hablando de otra persona. De hecho, tengo... o, más bien, solía tener varios amigos que llenaban la descripción: buen tipo, estudiante de bachillerato que iba a la misma discoteca que yo y al final nos hicimos amigos. No salí con él, aunque intenté conquistarlo durante una o dos horas; tenía algo así como una novia cuando lo conocí...


Casi salió corriendo cuando yo dejé de inventar cosas y le pregunté "¿ tienes, ahora?". Cuando captó a lo que me refería dijo que no, que su forma de sentar cabeza había sido permanecer soltero.
"Estudia ciencias políticas", mentí; suponiendo que Vilma no estaría interesada en eso.

Cuando Vilma consideró que sabía suficiente de él como para hablarle, cambió la cosa. Mi invitado dijo que, como yo, había cambiado mucho. Dijo que hacía tanto tiempo desde que nos vimos, que ya no sabía mucho sobre mí; era verdad.

Habló poco sobre él mismo e interrogó a mi amiga.

Cuando vi que eran amigos, le expliqué a mi compañera que él no tenía a donde ir; y sin que yo dijera nada más, lo invitó a quedarse. Eso salió aún mejor de lo esperado.

Abel se quedó a dormir en el sofá, y me preocupaba un poco el lazo, pero al final no fue problema porque, además de invisible, esa atadura es intangible, de modo que no se enredaría en nada.


No lo había explicado cuando dejé de escribir porque llegó Vilma. ¡Ahora lo compliqué todo!
¿En qué me había quedado? ¡Ah, sí!

Bianca y Abel vinieron porque él está enfermo nuevamente. Ya sólo le queda como un mes de vida. Aunque él no quería pedirme mi energía, ella no quiere perder la posibilidad y debemos estar conectados al menos durante veintiseis días antes de hacer el ritual.

Ella seguirá buscando, en esta realidad y en la de ellos. Pero si no encuentra a nadie más que pueda curar al Protector de Hogar, tendré que decidir si le daré lo que me resta de energía.

Moriré si lo hago.

Lo haré si hace falta.

No es para tanto. Antes yo me divertía, y era útil. Ahora me aburro y soy una carga. En términos de sacrificio hice mucho más antes, cuando me convertí en esta incapaz; ahora sólo dejaré de serlo.
Mi vida sería mejor si no estuviera tan cansada. Lo haría de nuevo, porque vale la pena.

Además, he descubierto que hay algunos deseos que simplemente no puedo cumplir. Dylan, por ejemplo; su sola presencia me devuelve un poco de esa energía que solía tener. Con él puedo volver a ser una persona libre, porque su locura me contagia. Yo solía estar enamorada de él, y la única razón por la que no lo acosé nunca es porque los esfuerzos de Vilma por volvernos pareja me demostraron que yo no soy lo que él busca en una mujer.

En ese entonces, era una sensación de incomodidad, nada más; pero con lo poco que he madurado, ahora comprendo que siempre se trató de una falta de equilibrio en nuestra relación: él es mi hombre perfecto, pero yo no soy la mujer perfecta para él. Ni modo.

Al menos en la amistad tenemos un equilibrio perfecto, así que me quedé con eso.

No tiene nada que ver con mi cansancio crónico.

Las cosas más importantes cuestan, pero ellas mismas proveen la energía para que las alcancemos. Por eso tengo fuerzas para seguirle el paso a un amigo hiperactivo, pero no para intentar conquistarlo como algo más.

En fin, ahora todo eso va a terminarse.

Bianca no encontrará en treinta días a quien no encontró en dos años. Estuvo buscando con casi año y medio de anticipación. Pero nada.

Así que, ¿en serio voy a morir?

No es gran cosa. Pero antes de desaparecer, tengo que dejar mi huella. Tengo la ventaja de saber cuanto tiempo me queda. Así que... Veintinueve días... veintiocho, porque hoy no haré nada. Pero quizá sí se me ocurra una forma de acabar con estilo.


5 comentarios:

  1. Wow, leí un poco más y quedé con más intrigas y dudas que antes. Muy buena la historia, me encanta. Seguiré por aquí, leyéndote <3

    ¡Cuidate!

    ¡Nos vemos!

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  2. Me intriga mucho todo de lo que menciona Jenny, pero realmente me entristece que está a punto de irse.

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    1. Si, tiene sus desventajas que sea un diario escrito como despedida. ¡Pero ella tiene dos o tres razones para despedirse bien y con una sonrisa!

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  3. ¡Guau! Ahora me quedé más intrigada tras leer esta entrada del diario. Es un poco triste que solo tenga 28 días más de vida (sin contar con este día, que no hará mucho según ella) y que no tenga realmente fuerzas para nada. Me causa mucha curiosidad todo, sigo leyendo ;)

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