viernes, 22 de marzo de 2013

Acaba de llamar Clyde. Dijo que no llamó antes porque no encontraba a Pablo. Resulta que es un compañero que tuvimos en sociología, el periodo pasado. No me acordaba para nada. Clyde y él mantienen el contacto porque son fanáticos de unos libros todos salvajes sobre... no sé qué de unos reinos... tronos. No sé. Pero de ahí se han hecho amigos y se intercambian los libros y todo eso.
Es raro porque a Clyde ni le gusta eso de leer.


El muchacho dijo que sí, que a dónde tenía que llevarnos, y parece que le gusta el peligro porque no dijo nada cuando supo donde es. Y, por lo que yo sé, ahí puede ser que haya pandillas o algo parecido.

Todo iba bien pero luego resultó que no puede este fin de semana. Cambió de opinión en cosa de un par de horas. Clyde dice que si se hubiera arrepentido hubiera dicho eso: que ya no quiere.
Asi que lo esperaremos.

No importa, porque puedo esperar unos días, dado que tengo que guardar toda la ropa. Lo demás ya está listo. ¡Ah, sí! En el mercado si habían cajas. En algunos puestos las venden, pero otros las tiran, y fue cosa de vigilar. Ahí donde las tiraron, Abel y yo las fuimos a recoger. Chapter closed!
Ahora tengo que llenar las cajas. Me canso de pensarlo.

La otra gran noticia es que Vilma dio por saldada la cuenta pendiente de Clyde. Y eso que las vueltas que está haciendo de conseguir carro y todo son para mí, no para ella. Pero es que viene a ser lo mismo, además ella fue quien lo llamó y él se portó bien.

De todos modos, eso de que lo perdona me lo dijo sólo a mí porque no quiere que él cancele la salida de mañana.

Uff. Ahorita ni me hablen de salir. Tengo que guardar esa ropa y no quieeeeero.

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