jueves, 11 de abril de 2013

Clyde va a reponerse. Nunca será el mismo pero estará bien. Lo sé porque parecía muy esperanzado en lo que escribió ayer, y porque si no lo hace por su cuenta yo me aseguraré de que sea así.

Creo que Prudence se acostumbrará a esta versión más pacífica de él, y si no es así, ya encontrará a alguien más con quien ser feliz. No soy una voluntaria para eso. Sería muy desagradable, considerando que “somos hermanos”. Bianca lo vio de lejos, y entiendo perfectamente a lo que se refería: nuestros vínculos son poderosos. Es lo mismo que con Vilma y Rose.

Hoy llamó Rose, por cierto. Debo mantener el contacto con ella, y por lo visto ella también opina eso.

Lo bueno es que me siento un poco mejor desde que compartí el ritual con Abel y Clyde. No es que ande dando brincos por ahí, pero es bueno en comparación. Al menos ya no tengo tanta pereza de estudiar. Y aprendí la valiosa lección de que debo administrar bien mis energías. Así que también voy a estar bien.

Eso sí: llamaré a Rigo a ver si todavía piensa en compartir esa beca. Y quien sabe, tal vez estudie con él alguna vez. Es posible que una persona exigente como él sea lo que necesito para mejorar mis calificaciones.

Vilma está metida al asunto de la literatura, y se le ocurrió que todo este diario va a servirle para hacer una novela. Dice que si me atrevo a sacar mis materiales de dibujo, podemos hacer algo aún más ambicioso. No creo que yo ande con ánimos, porque ¡tengo tanto de lo cual ocuparme!
Estuve escribiendo una nueva lista, pero después de un rato la destrocé porque no creo necesitarla. Voy a invertir mis pocas fuerzas en hacer lo que yo quiera, justo como antes.

La gente dirá que he perdido madurez, y otras frases parecidas, pero lo que he perdido es el miedo.
Puede que después de proponerme algo me falten las fuerzas y fracase. Ni modo, no habré logrado menos que si no me propongo nada. O podría ser que me desmaye después de correr hasta la casa de los gatos, pero no importa, sólo debo asegurarme de tener cerca a uno de mis hermanos para que me cuide y si hace falta me cargue. No sería la primera vez que Clyde lo hace. Y, el máximo terror: podría hacer algo que luego me avergüence, pero creo que no me importa, siempre y cuando me cause tanta risa como al resto.


Bianca vino anoche. Dice que una inspección “superficial” demostró que Abel está curado, y que parece más estable que antes. Según ella, tiene al menos 40 años antes de que alguna otra cosa extraña pase. Esperan tener otro Protector para entonces, pero es su hermano, lo de cuidar su mundo es lo de menos para ella. Entiendo perfectamente.

En fin, cuando todo va tan bien, tengo mis dudas de si voy a verlos de nuevo. Su viaje a nuestro mundo es prohibido, no lo harán otra vez a menos que no tengan más remedio.


Lo importante es que nuestros encuentros nos han dado la oportunidad de elegir y cumplir un rol en nuestros mundos, uno de muchos legados, si se puede. Incluso a Clyde, que estará un poco menos divertido, pero siempre sabrá que salvó a una chica que lo quiere y lo admira... y también al Protector de Hogar.

El problema es, por supuesto, que un record como ese cuesta romperlo. Ahorita esta todo bien porque el desafío acaba de terminar, pero de aquí a una semana, habrá que buscar alguna nueva hazaña que cumplir.

Me parece que ya no tendré tiempo de llevar un diario. De todas formas nunca me gustó la idea.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;